Instituto valenciano de conservación,
restauración e investigación.

Colaborador del Archivo Catedral de Valencia.

José Sanz Suescun, presbítero salesiano (Larraga 1931- El Campello 2015). Hizo el noviciado en Sant Vicenç dels Horts, donde profesó en 1949. El trienio lo realizó en Valencia y recibió la ordenación sacerdotal en el Tibidabo en 1958. Su labor pastoral la llevó a cabo en Barcelona-Horta (1958-59), Valencia-San Juan Bosco (1959-60; 1967-71), Valencia-San Antonio Abad (1960-67; 1983-90; 1996-2013), Alicante (1971-77) y Valencia-Casa Inspectorial (1977-83: Vicario Inspectorial; 1990-96: Ecónomo Inspectorial).

Fue uno de los principales impulsores de la recuperación de la memoria del también salesiano y obispo de Pamplona D. Marcelino Olaechea, coordinando la descripción del fondo del que fuera también arzobispo de Valencia, conservado en el Archivo de la Catedral de Valencia. Legó al mismo un fondo con sus trabajos sobre el Románico en Navarra y sus investigaciones sobre el propio Olaechea.

Presbítero salesiano

Antonio Rubio Peñalver, presbítero salesiano (Olmeda del Rey 1940-Barcelona 2020). Ingresó en los salesianos de Barcelona, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1967. Desde entonces, su labor pastoral la realizó en Valencia-San Antonio Abad (1967-71 y 1972-81), Albacete (1971-72), Cuenca (1981-84), Alicante-Don Bosco (1984-87), y Valencia-San Juan Bosco (1987-2018).

Con una vocación claramente educadora, trabajó también en la organización del Archivo y Bibliotecas de la Inspectoría Salesiana y colaboró con la coral San Juan Bosco de Valencia, además de con el equipo de matrimonios y padres de alumnos. En los últimos años estuvo muy implicado en la organización y descripción del fondo de D. Marcelino Olaechea, conservador en el Archivo de la Catedral de Valencia, al que legó una colección de postales de historia del arte.

Humanista, catedrático, bibliotecario y archivero.

Felipe Mateu y Llopis (Valencia, 15-11-1901- +Barcelona 1998). Licenciado en 1922 en Filosofía y Letras, sección Historia, por la Universidad de Valencia, e historiador especialista en numismática, fue archivero-bibliotecario, tras ganar la oposición en 1930 e ingresar en el cuerpo facultativo de archivos, bibliotecas y museos. Ocupó sucesivamente los cargos de director del Museo arqueológico y biblioteca provincial de Tarragona (1931), técnico del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, sección Numismática (1932), archivero-bibliotecario del Ayuntamiento de Vallecas (1933), Director del Archivo del Reino de Valencia (1937-1939), Museo Arqueológico Nacional (1939), Director de la Biblioteca “Central” de Cataluña (1940-1972). En 1942, después de un proceso de depuración, obtuvo la catedra de Paleografía y Numismática de la universidad de Oviedo, pasando más tarde a desempeñar dicha catedra en las universidades de Valencia y Barcelona, donde además de profesor de la Escuela de Bibliotecarias de la Diputación (1940), fundó la revista Biblioteconomía.

Vinculado a diferentes instituciones de la cultura tanto en Valencia como en Barcelona, dirigió y fue uno de los fundadores de la revista Acció Valencianista, y fue miembro de la Academia de Bones Lletres de Barcelona (1943), académico correspondiente de la Academia de la Historia (1941) y del Centre de Cultura Valenciana (1947). En 1932, integrando el grupo de Acció Cultural Valenciana, fue uno de los que firmaron las conocidas como Normes de Castelló. En 1953 ocupará el cargo de inspector de bibliotecas de Levante (distritos de Barcelona y Valencia), después de ser becado por el CSIC para visitar y estudiar las bibliotecas de Portugal, Holanda, Suecia y Noruega.

Entre su abundante obra destacan los trabajos sobre numismática, empezando por su tesis en la Universidad Autónoma de Madrid sobre la ceca de Valencia en 1926, además de otras publicaciones sobre sigilografía, bibliografía, archivística e historia en general. En 1984 la Universitat de Barcelona editó el volumen homenaje Titula de Felipe Mateu y Llopis. Su obra científica al conmemorar su LXXXIII aniversario con un currículum de todas sus publicaciones.

Su labor en la defensa y salvaguarda del patrimonio valenciano, como vocal de la Junta de Tesoro Artístico y a título personal en el periodo de la guerra civil, es encomiable. Frustró el expolio de parte de las monedas de oro requisadas durante la guerra civil del Museo Arqueológico. El Archivo de la Catedral de Valencia, y el de la catedral de Segorbe, entre otros, estarán siempre en deuda con él. Tras el incendio de julio de 1936 y junto con otros valencianos, trasladó el archivo capitular de Valencia al Real Colegio Seminario de Corpus Christi de la ciudad para evitar que fuera destruido. El mismo narra esta hazaña en un texto publicado en el Boletín Oficial del arzobispado de Valencia (“Catedral de Valencia, 1937-1939”, BOAV (1964), pp. 544-563)

Todavía en 1979, al enterarse de que se estaban vendiendo monedas acuñadas por la catedral de Valencia (pallofes), robadas durante la guerra, compró algunas y las regaló a la Seo valentina.

En el año en que se cumplirán los 120 años de su nacimiento, el 15 de noviembre de 1901, queremos rendirle nuestro pequeño homenaje. El lema de su ex libris: Sic vos non vobis (así vosotros, no para vosotros), tiene también todo un mensaje de la trascendencia de su labor más allá de su vida.